Protegiendo la Gran Barrera de Coral

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En 1979, Australia logró una gran victoria en la lucha por preservar su rico entorno marino. La Sociedad Australiana de Conservación Marina (ACMS), una organización formada por científicos y activistas con el propósito de la conservación, logró prohibir toda actividad minera en la Gran Barrera de Coral.

Se lograron más avances en 1981, cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró la Gran Barrera de Coral como Patrimonio de la Humanidad y encargó a Australia su protección.

Sin embargo, la lucha por proteger la Gran Barrera de Coral continúa. Aunque se considera que está en buenas condiciones en comparación con muchos otros arrecifes de coral del mundo, sigue estando amenazado por el cambio climático, la contaminación y la sobrepesca. También está bajo la amenaza de corporaciones que quieren que el gobierno australiano reduzca las restricciones a la extracción de gas y petróleo.

Las organizaciones conservacionistas libran una batalla constante para asegurarse de que esto no suceda, ya que cualquier complacencia por parte de los gobiernos encargados de proteger la Gran Barrera de Coral podría tener consecuencias desastrosas.

La estructura viva más grande del mundo

La Gran Barrera de Coral, una estructura tan grande que es visible desde el espacio, es uno de los ecosistemas más diversos del mundo. Es el hogar de 1500 especies de peces, 2200 especies de plantas y 5000 especies de moluscos, así como 30 especies de ballenas, delfines y marsopas, y 125 especies de tiburones y rayas. Y luego están las 215 especies de aves que dependen del arrecife para anidar, alimentarse y reproducirse.

La Gran Barrera de Coral en sí bien podría considerarse como un animal gigante que necesita protección. Es, después de todo, la estructura más grande compuesta enteramente por organismos vivos.

La destrucción del arrecife significaría la extinción de un gran número de especies marinas, ya que la mayor parte de la vida marina endémica de la región no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Por ejemplo, de las siete especies de tortugas marinas conocidas en el mundo, seis se encuentran solo en esta región.

Proteger uno de los ecosistemas marinos más importantes del mundo debería ser un incentivo suficiente, pero la Gran Barrera de Coral también cumple un propósito económico vital. En 2005, se estimó que la Gran Barrera de Coral generó 5.100 millones de dólares australianos en turismo, mientras que la industria pesquera depende de ella por 1.000 millones de dólares australianos al año.

Amenazas a la Gran Barrera de Coral

Las principales amenazas para la Gran Barrera de Coral son el cambio climático, la pesca excesiva, la caza y la contaminación.

El calentamiento de los océanos causado por el cambio climático conduce a un fenómeno conocido como blanqueamiento de corales, donde el estrés causado por los cambios de temperatura del agua hace que los corales expulsen sus algas, haciéndolos más vulnerables a las enfermedades.

El coral es la base de este ecosistema, proporcionando alimento a especies de peces que, a su vez, proporcionan alimento a los depredadores del arrecife.

Si bien el blanqueamiento de corales ocurre en ciclos naturales, los científicos temen que la intervención humana pueda alterar el equilibrio y provocar niveles más altos de blanqueamiento de corales de los que el arrecife puede soportar. Los científicos del Instituto Smithsonian de Biología de la Conservación han recolectado y congelado muestras de células embrionarias de arrecifes de coral con la esperanza de que puedan usarlas para regenerar daños en los arrecifes de coral.

Otra amenaza es la estrella de mar corona de espinas, que se alimenta de coral a gran velocidad. Normalmente, la población de estrellas de mar corona de espinas es controlada por los depredadores, pero la contaminación humana crea condiciones que permiten que las estrellas de mar florezcan y la sobrepesca reduce los depredadores. Los científicos temen que estos dos factores puedan desencadenar una explosión demográfica y representar un mayor riesgo para el coral.

Los esfuerzos de conservación incluyen no solo el coral, sino también las criaturas que habitan entre él. Las ballenas siempre están en riesgo a pesar de la prohibición de caza de ballenas, mientras que los tiburones son cazados por sus aletas y los delfines son capturados y estrangulados en redes de pesca.

La Evaluación de Vulnerabilidad de 2007 concluyó que más del 20% de los arrecifes de coral del mundo están dañados sin posibilidad de reparación. Los grupos conservacionistas están pidiendo a los australianos que hagan todo lo posible para garantizar que la Gran Barrera de Coral no sufra el mismo destino.

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