Las ciudades más antiguas tienen 6000 años, pero la vida urbana es relativamente nueva. Inicialmente, la ciudad fue un punto comercial para la población circundante. No había demasiado respeto por los espacios verdes.
Hoy en día, el avance de la ciencia dejó claro que los espacios verdes son vitales para nuestro bienestar. Los espacios verdes no solo protegen nuestros pulmones, sino que también protegen nuestra mente. El verde vibrante de la hierba fresca contrasta a la perfección con la naturaleza aburrida del hormigón.
Incluso si estamos ocupados y caminamos con la cabeza gacha para llegar al trabajo, un rápido vistazo a la naturaleza urbana nos relaja y nos da un impulso de ánimo inmediato.
El biólogo Edward O. Wilson hizo una hipótesis asombrosa en 1984. Su teoría de la «biofilia» establece que los humanos se sienten atraídos por la naturaleza porque han evolucionado en ella. Nuestra llegada tardía a las ciudades ha dejado nuestros cerebros conectados a señales que habrían aumentado nuestras posibilidades de supervivencia en la naturaleza: árboles, ríos, rica fauna, etc. Asociamos la naturaleza con la prosperidad y la supervivencia.
Hay muchos beneficios que los espacios verdes tienen para nuestra salud mental. Profundicemos en:
El verde es el color de la esperanza.
El término espacio verde es un término general para describir reservas naturales administradas o no administradas y entornos silvestres.
Los parques urbanos, por ejemplo, son el elemento básico de toda gran ciudad. Se llaman parques recreativos por una razón: la gente va allí para relajarse y admirar la estética de la naturaleza. Varios estudios de población encontraron que los espacios verdes juegan un papel fundamental en la protección de la población en general de enfermedades físicas y psicológicas, pero ¿cómo?
Bueno, hay múltiples razones.
En primer lugar, el color verde representa la esperanza. La mayoría de la gente reconoce el verde como el color de la vida. Los diferentes tonos de verde transmiten tranquilidad y otras emociones relajantes. La hierba cortada, los árboles altos y los bosques densos son todos elementos verdes que transmiten frescura.
Nuestros cerebros reconocen la naturaleza verde como protectora e ingeniosa. Es por eso que incluso las manchas verdes más pequeñas pueden reducir la depresión.
La naturaleza urbana combate la contaminación
El bosque se llama el «pulmón verde» por una razón.
La investigación encontró que la naturaleza produce oxígeno y filtra el smog. Las personas con asma y problemas cardiovasculares tienen una mejor calidad de vida en ciudades con abundante y diversa fauna.
La contaminación del aire es responsable de numerosas víctimas: más de 10 millones de personas mueren cada año. Las ciudades más contaminadas son los pueblos asiáticos de China, India, Pakistán y Bangladesh.
Espacios verdes temperaturas más bajas
Las junglas de concreto pueden calentarse mucho en verano. Por ejemplo, Los Ángeles estableció el récord mundial de 121 grados Fahrenheit (poco menos de 50 grados Celsius) en Woodland Hills.
Tener una ciudad cool es fundamental para el estado de ánimo de la población en general. Nuestros cuerpos funcionan mejor a una temperatura ideal del aire de 71 grados Fahrenheit (22 grados Celsius).
¿Cómo puedes prepararte para ser productivo en un día con casi el doble de temperatura?
no puedes
La falta de urbanidad puede paralizar una ciudad en verano. Sin mencionar que las personas con problemas cardíacos ni siquiera pueden salir en los días calurosos habituales.
Las comunidades desfavorecidas que no pueden pagar los sistemas de aire acondicionado luchan por mantenerse sanas en el interior mediante la adopción de plantas de interior.
La fauna densa reduce los ruidos de la ciudad
La contaminación acústica es otro problema en las grandes ciudades. El tráfico constante, las obras de construcción y otras actividades urbanas suman cientos de decibeles que penetran en nuestras casas y tímpanos.
Si las ondas de sonido no encuentran obstáculos, pueden viajar grandes distancias. La barrera más eficiente para amortiguar el sonido es el follaje. Los árboles, las plantas arbustivas y la vegetación similar impiden que el sonido viaje. Eso significa que la gente de la ciudad estará menos estresada y podrá concentrarse más.
Tener una ciudad tranquila es aún más crítico con la situación actual de pandemia.
Las personas trabajan desde casa y necesitan paz y tranquilidad para concentrarse en sus trabajos.
Imagínese ser un escritor de ensayos, un programador o un contador inteligente trabajando desde sus hogares. ¿Sería capaz de concentrarse en una ciudad que se hace eco de cada máquina perforadora de cada sitio de construcción?
Por eso es fundamental contar con zonas de amortiguación de ruido en el entorno urbano.
La naturaleza inspira a las personas a hacer ejercicio
La actividad física tiene un impacto significativo en el estado de ánimo y la salud mental. El ejercicio ayuda a regular las hormonas y mejora el sistema inmunológico. Los estudios sobre espacios verdes encontraron que los entornos naturales al aire libre atraen a las personas a hacer más ejercicio.
Solo un rápido vistazo desde el balcón hacia un parque comunitario puede despertar el deseo de salir y hacer ejercicio. Por el contrario, vivir en una zona industrial de la ciudad sin espacios verdes puede desanimar a una persona a hacer ejercicio.
Pensamientos finales
El impacto de los espacios verdes en la salud mental en entornos urbanos es sustancial.
Algunos efectos influyen directamente en nuestra salud mental, mientras que otros indirectamente. La naturaleza urbana ayuda a controlar la contaminación del aire y el ruido mientras mantiene las ciudades frescas. Los espacios verdes inspiran a las personas a hacer ejercicio con más frecuencia y nos dan esperanza a través de sus tonos de color naturales.