Plastificar la maleta, innecesario y contaminante

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Seguimos avanzando hacia un futuro mucho más respetuoso con el medio ambiente, promoviendo con mayor perseverancia acciones que reduzcan la contaminación. Pero todavía queda mucho recorrido y, por lo visto en algunos casos, mucha concienciación. Pues uno de ellos tiene que ver con plastificar la maleta cuando viajamos en avión, algo que tiene como objetivo proteger mejor el equipaje, así como evitar robos, manipulaciones o daños. Sin embargo, hay muy pocas evidencias de que este método sea realmente efectivo y cumpla con su supuesta función. Muchos pasajeros optan por envolver sus maletas con varias capas de un material que es toda una amenaza mundial para el bienestar del planeta. ¿Y para qué?

Tanto en Europa como en España ya se tomaron medidas para disminuir el consumo de millones de bolsas de plástico, ya que gran cantidad de ellas acababan después vertidas en los mares y los océanos. Era una necesidad frenar todo ese vertido contaminante que termina afectando también a la fauna marina. Al igual que era importante empezar a apostar por cada vez más productos fabricados con material ecológico. Hasta ahí, todo muy bien, pero el camino es largo y queda trabajo. Por ejemplo, para erradicar esta medida, supuestamente protectora, de la que solo cabe sacar una evidencia: el despilfarro de mucho plástico.

¿Por qué no deberías de plastificar la maleta nunca más?

Este servicio de plastificar la maleta está disponible tanto en terminales españolas como de todo el mundo a través de determinadas empresas que lo ofrecen. Dos ejemplos los puedes ver en uno de los puntos de mayor tráfico aéreo de España: el aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Allí, antes de pasar por el mostrador de la correspondiente compañía, se puede envolver el equipaje deseado en los puestos de BullWrap y SecureBag. Las 24 horas del día, los 365 días del año. Incluso existen personas que, de manera ilegal, repartidas por las afueras de distintas terminales, se dedican a proporcionar un servicio innecesario. Ofrecen una tarifa más económica que los siete, diez o incluso más euros que cobran las empresas autorizadas como las citadas.

Entrando ya en materia del gasto, un bulto grande llega a emplear unos 12 metros de plástico de un rollo cuya anchura es de un metro. Alcanza ese total después de dar hasta nueve vueltas a la maleta, entre uno y otro lado de esta. Así, multiplicando dicha cantidad por el número de equipajes que se envuelven al día en cada puesto, el cálculo total roza los 1.500 metros cuadrados de plástico. Solo hay que seguir calculando por semanas e incluso meses (teniendo en cuenta los picos del servicio por temporada vacacional) para llegar a la conclusión de que se genera una barbaridad de residuos. En esto, al planeta también le está saliendo muy caro viajar en avión.

A pesar de que esas compañías que ofrecen plastificar la maleta expongan en sus páginas web que usan “resina plástica 100 % reciclable”, es imposible saber si ese material se recicla luego. Aquí, de nuevo, hay que apelar a la buena conciencia de cada persona para buscar un contenedor amarillo donde desecharlo tras aterrizar y recoger sus pertenencias. Nosotros, desde Ecológico Sostenible te recomendamos que nunca más utilices este plástico. Más bien, recurre a candados o cerraduras resistentes. Además, son reutilizables.

Su eficacia, en entredicho

Si no te hemos dado una razón de peso suficiente para dejar de plastificar la maleta en tus viajes, quizás te convenzas aún más tras leer este análisis de su eficacia. Está realmente en entredicho que cumpla con lo que asegura el servicio, pues no aporta mayor seguridad a tu equipaje. ‘Rebozar’ de plástico los bultos que van a la bodega de la aeronave “no garantiza que no sean abiertas por una inspección de seguridad o de la compañía aérea”. Eso explican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) al diario El Español.

Además, que tus maletas viajen envueltas o no es lo mismo, también porque la protección frente a algún impacto es nula. Durante el recorrido desde la recepción hasta el interior del avión y desde este hasta la cinta de recogida final, los posibles golpes suelen afectar tanto a las ruedas como al asa para cogerla. El plástico no es un material que sirva como acolchado, solo puede evitar los arañazos y las pequeñas abolladuras producidas durante el trayecto.

En definitiva, lo más recomendable es tomar otro tipo de medidas de protección, que no te dejes persuadir por la publicidad persuasiva para plastificar la maleta y que sí seas consciente con evitar generar un residuo contaminante e innecesario.

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