Las etapas del reciclaje de plástico

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Los diferentes tipos de plástico.

Existen diferentes tipos de plásticos y no todos son reciclables de la misma forma. La industria del plástico ha implementado un sistema numérico para reconocerlos fácilmente y clasificarlos en siete categorías: PET o tereftalato de polietileno (número 1), HDPE o polietileno de alta densidad (número 2), PVC o policloruro, vinilo (número 3), LDPE o polietileno de baja densidad (número 4), PP o polipropileno (número 5), PS o poliestireno (número 6) y todos los demás que no encajen en ninguna otra categoría, como los basados ​​en policarbonato o compuestos plásticos (número 7).

Entre ellos, solo 3 son verdaderamente reciclables: los números 1, 2 y 3, es decir, PET, HDPE y PP. El PET es un plástico ligero, flexible y transparente que se utiliza para botellas de agua, zumos o detergentes. El HDPE tiene un aspecto más rígido y opaco: gracias a su resistencia, se utiliza a menudo para botellas de leche, champú o detergente. El PP, por su parte, es uno de los plásticos más duros: se utiliza para acondicionar alimentos grasos como mantequilla, yogur y platos preparados, pero también se utiliza para hacer vajillas de plástico, bolsitas, resistentes o calabazas.

Las 9 etapas del reciclaje de plástico PET

El PET es uno de los plásticos más utilizados. Se recicla bien cuando se recolecta y procesa adecuadamente. El primer paso en su reciclaje es, de hecho, su recolección: los consumidores están directamente involucrados en esta recolección. Los envases de PET deben colocarse en los contenedores previstos a tal efecto (los contenedores de clasificación amarillos), para que sean recuperados en camión y transportados al centro de clasificación donde se realiza la segunda etapa.

En el centro de clasificación, los envases de PET se separan del resto de residuos en el contenedor de clasificación, para garantizar un reciclaje óptimo.

Luego se compactan en grandes pacas para ahorrar espacio y facilitar su futuro transporte. Una vez que estas bolas, o cubos de plástico, han llegado a la planta de regeneración, pasamos al tercer paso.

En esta nueva fábrica se realiza una nueva clasificación, para identificar y aislar los últimos elementos no reciclables. A continuación, el envase de PET pasa por la trituradora y sale en forma de pequeñas escamas de plástico. Hay varios tipos de escamas: Las escamas de PET transparentes, que provienen de plásticos transparentes o azul claro, deben diferenciarse de las escamas de PET oscuro (de los plásticos azul o verde oscuro).

El cuarto paso es “limpiar” estas escamas para eliminar todos los elementos que no son estrictamente PET. La paja se coloca dentro de enormes tinas de limpieza, que en realidad son máquinas diseñadas para aflojar las partículas finas mediante la acción combinada del agua y el detergente. Luego, colocamos todos los copos en el agua y la división entre los diferentes plásticos se producirá de forma natural: el PET, que es más pesado, se hundirá. Concretamente, en una botella de agua, limpiamos y luego hacemos flotar la brillantina para quitar etiquetas, pegamento y residuos de los corchos.

Luego comenzamos la quinta etapa, que es la de la última clasificación. Esta denominada clasificación óptica se realiza mediante máquinas de detección y cámaras, que realizarán un control final de las escamas de PET para asegurarse de que todas ellas lleguen a su destino final de reciclaje. Finalmente, un sistema de soplado finaliza esta clasificación y separa definitivamente el PET del resto de trazas de plástico.

El sexto paso es la fase de extrusión: esto significa que se fabrican nuevos productos a partir del flujo de materiales líquidos, especialmente plásticos. Esto implica derretir las escamas de PET en un tanque grande, a 280 ° C, para formar pequeños tubos llamados varillas. Estos juncos se sumergen en agua para enfriarlos y luego se cortan en gránulos. Estos serán claros u oscuros, dependiendo del color inicial de la purpurina.

Estos gránulos de PET, tanto claros como oscuros, se someten luego a una purificación por policondensación. Este séptimo paso consiste en eliminar las impurezas de los gránulos mediante una sucesión de reacciones químicas que combinan diferentes moléculas en una y que funcionan a nivel molecular.

Una vez que estos gránulos están bien limpios, escurridos y secos, se empaquetan en paquetes grandes y están listos para ser enviados. Esta es la octava etapa del reciclaje: los gránulos se venden y envían a empresas que desean obtener materias primas recicladas y que fabrican objetos en plástico reciclado.

La transformación de estos gránulos en nuevos productos de PET es el noveno y último paso del ciclo de reciclaje: las empresas los utilizan para producir artículos como nuevas botellas de agua o jugo, artículos de uso diario o textiles reciclados.

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