La demanda de vehículos eléctricos

En primer lugar, es necesario destacar cómo la electricidad fue conquistando poco a poco el corazón de los conductores y demostró ser un excelente medio de propulsión en el uso de los vehículos a motor en general.

En 1920, considerada la década de los automóviles, comenzaron a presentarse interrogantes muy similares a los actuales, en relación al tipo de propulsión preferente y predominante para el uso de los más diversos vehículos.

Había 3 formas de suministrar energía a un automóvil: vapor (combustión externa), gasolina (combustión interna) y electricidad, que ya demostró ser un digno competidor.

El uso del vapor cayó rápidamente en desuso debido a las dificultades encontradas en su uso, además del enorme grado de contaminación que con el tiempo comenzó a convertirse en un factor preocupante. Así, se dividía entre gasolina y electricidad.

Sin embargo, debido al alza en los precios del petróleo, la producción masiva del combustible y la practicidad brindada, por la facilidad de obtenerlo y transportarlo, la gasolina ganó preferencia y se mantuvo hasta el día de hoy. Además, el Ford T ayudó a difundir aún más este uso.

Sin embargo, la insuficiencia del petróleo y los nuevos descubrimientos sobre lo que la electricidad podía hacer en los motores, potenciando su uso y proporcionando más rendimiento, volvieron a dividir este escenario.

En 2020 el mercado comenzó a dividirse nuevamente entre gasolina y electricidad, mostrando la aumento significativo en la búsqueda de vehículos híbridos o eléctricos, además por supuesto, del uso de la bicicleta eléctrica como uno de los medios más buscados.

Author: Ivancopy1

Iván Sevilla Fernández. Periodista y redactor freelance

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