Un estudio muestra que no habrá comida para todos si seguimos viviendo según los estándares actuales
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El informe publicado por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI) muestra la relación entre la escasez de agua en el futuro y el desafío agrícola. El estudio advierte que la producción masiva de alimentos debe rendir más si se quiere que haya alimentos y agua para toda la población mundial.
Expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Instituto Internacional de Gestión del Agua (IWMI) llevaron a cabo la investigación “Alimentando a un mundo sediento: Desafíos y oportunidades para la seguridad alimentaria y del agua”, que garantiza: si el nivel mundial de producción se mantiene en Según los estándares actuales, la disputa por los recursos hídricos entre países será cada vez más encarnizada.
Hoy en día, hay alrededor de 900 millones de personas hambrientas y sedientas en el mundo y dos mil millones más de personas desnutridas, incluso con el aumento de la producción per cápita.
Otro tema de preocupación es el porcentaje de agua que se utiliza en el sector agrícola, especialmente cuando el riego consume agua de las aguas subterráneas. Aproximadamente el 70% de toda el agua dulce consumida se utiliza para la agricultura. Si en treinta años la población mundial aumenta hasta en dos mil millones de habitantes, es posible que haya escasez de agua y alimentos en el planeta.
El informe destaca desafíos como la seguridad alimentaria para una población mundial en crecimiento con los recursos disponibles en la actualidad. Entre ellos se encuentran: mejora en la eficiencia de la exploración del agua, reducción del desperdicio de alimentos, sistemas de alerta para emergencias agrícolas, entre otros.
La inversión de los países desarrollados en el arrendamiento de tierras en los países en desarrollo es otro punto que se aborda en el informe. El impacto de estas acciones en los sistemas hídricos regionales es un fenómeno que requiere una regulación estricta para garantizar los derechos a la tierra y al agua en las comunidades.