En 1972, la nave espacial Apolo 17 compartió una imagen de toda la Tierra y la llamó el Mármol azul. Aunque el comenzó la evolución de la sostenibilidad cuando filósofos como John Stuart Mill, David Hume y Adam Smith comenzaron a criticar el impacto de la revolución industrial en el medio ambiente, no fue hasta que se envió la canica azul desde el espacio que la gente comenzó a ver el mundo como un lugar finito que debe ser protegido. . Al ver esta imagen, comenzó el movimiento ecologista.
Desde que se compartió la fotografía desde el espacio, la idea de una tierra sostenible ha evolucionado. Comúnmente nos vemos como conectados e interdependientes mientras que antes nos sentíamos separados. Sin embargo, aún existen fuerzas residuales que operan bajo el paradigma de un mundo dividido. Estas fuerzas están sucumbiendo a las nuevas generaciones de personas y procesos que valoran nuestra canica azul flotante.
La evolución de la sustentabilidad ha llegado al punto en que ahora, las Naciones Unidas incluyen cobertura sanitaria universal, mejora de la salud de las mujeres, calidad del aire, sistemas alimentarios y problemas de pobreza en la definición. Esto se debe a que ahora no solo vemos el planeta como finito y que necesita ser preservado, sino que cada vez más nos vemos a nosotros mismos como incluidos en el planeta y como parte de la ética. Nosotros, como especie, necesitamos formar parte de los valores que impulsan el funcionamiento de nuestra sociedad. De lo contrario, ¿cuál es el punto?
Los pequeños pasos son importantes, pero no es hasta que adoptamos por completo la transición a una nueva economía que podemos integrar plenamente estos valores.
Este es un cambio importante, porque hemos pasado siglos considerando la sustentabilidad como un mero concepto de ganancias. Y las ganancias y las economías solo son importantes en la medida en que sirvan al planeta. A medida que evoluciona la definición, nos damos cuenta de que debemos ser parte de lo que se sostiene, así como parte del proceso de sustentación. Y a medida que pasamos de la conciencia de las ganancias a la sostenibilidad, podemos tomar nuestra decisión en función de las implicaciones planetarias en lugar del análisis de costo-beneficio.
Todavía no hemos adoptado por completo un cambio en la forma en que vemos el mundo. El ambientalismo a menudo se combina con consejos comerciales sobre reducir el costo de volverse verde y diferentes formas de reducir el consumo, reciclar y reutilizar. Estos pequeños pasos son importantes, pero no es hasta que adoptamos completamente la transición a una nueva economía que podemos integrar plenamente estos valores. Actualmente, seguimos operando desde la codicia, la escasez y el dominio. Pero la conciencia ambiental que creció al ver la canica azul tiene menos de 50 años. Debemos reprogramar nuestros caminos a partir de los milenios de agresión y dominio. Y aunque 50 años no es mucho tiempo, es posible que queramos darnos prisa.