En promedio, el uso de agua per cápita en Canadá es de casi 1500 metros cúbicos de agua al año. Esto ubica a Canadá en el puesto 28 entre los 29 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y solo Estados Unidos consume más agua per cápita.
Environment Canada tiene un cuestionario de consumo de agua. Tienes que crear una cuenta para usarlo, pero es una verdadera revelación. Para los consumidores canadienses, esto les mostrará dónde se encuentran en términos de uso de agua en comparación con el promedio provincial y el promedio nacional.
Canadá clasifica tan mal por una variedad de razones. Como canadienses, tendemos a dar por sentado el agua dulce. Tenemos el 9% del suministro de agua dulce renovable del mundo y solo el 0,5% de la población mundial. Sin embargo, esto no es excusa para desperdiciar un recurso tan preciado.
Despilfarrar es lo que hacemos, en comparación con la mayoría de los países europeos. Los canadienses consumen más de 9 veces más agua per cápita que los británicos. El hogar canadiense promedio usa más de 300 litros de agua por día, por persona.
En Canadá, el 68% de esos 1.500 m3 por año se destina a usos industriales, y el 80% de eso se destina a la producción de energía, en gran parte refrigeración para plantas de energía térmica. Alrededor del 20% del uso de agua en Canadá es para fines residenciales, lo que incluye usos institucionales (escuelas, hospitales).
Casi la mitad de los hogares urbanos en Canadá no cuentan con medidores para el consumo de agua, sino que simplemente se les cobra una tarifa plana. Para aquellas áreas que sí cuentan con medidores de agua, el consumo es menor.
El consumo excesivo de agua en Canadá se puede atribuir a la falta de prácticas generalizadas de conservación del agua, así como a la fijación de precios del agua que no promueve la eficiencia. En muchos casos, los canadienses pagan menos por el agua que el costo real de procesamiento y entrega.
Las tarifas que pagan los canadienses por el agua se encuentran entre las más bajas del mundo, lo que difícilmente fomenta las medidas de conservación. Para usos agrícolas e industriales, el agua es prácticamente gratuita, y Ontario y Alberta otorgan permisos industriales sin cargo.
La solución a este problema es comenzar a cobrar más por el agua, tratarla como un recurso preciado en lugar de un regalo de promoción. Eso significa que más hogares en Canadá tienen que obtener medidores de agua, y las tarifas de esos medidores tienen que subir. Toda la idea de las tarifas de bloque decrecientes, donde las tarifas bajan a medida que aumenta el consumo, simplemente tiene que ir a la basura.
Canadá necesita comenzar a asumir la responsabilidad de los preciosos recursos naturales que hemos heredado, en gran parte por suerte, y conservarlos para que estén disponibles para nuestros descendientes. Canadá necesita convertirse en un líder mundial en la gestión del agua dulce. Después de todo, tenemos más que casi cualquier otra nación, debemos aprender a usarlo sabiamente.