Cuba bien puede estar en camino de volverse más independiente energéticamente. La primera granja solar importante de Cuba se inauguró esta primavera y contaba con la impresionante cantidad de 14 000 paneles fotovoltaicos, una medida que efectivamente duplicó la producción de energía renovable del país. El parque solar se construyó a 300 kilómetros al este de La Habana, en la zona rural llamada Cantarrana, y se construyó en un terreno soleado y no apto para la agricultura. Lo que es más importante, el proyecto en Cantarrana es solo uno de los siete parques solares en proceso, y es indicativo del largo camino de Cuba hacia la independencia energética.
Los líderes comunistas de Cuba están recurriendo a las fuentes renovables como un medio para un fin, en lugar de alternativas sostenibles. El país se enfrenta a cuatro costosos y fallidos intentos de obtener combustibles fósiles de la extracción de petróleo en aguas profundas. No fue coincidencia que el país comenzara los planes para estos siete parques solares cuando se anunció, a fines de 2012, que el cuarto pozo petrolero exploratorio en alta mar estaba vacío.
El segundo obstáculo que enfrenta el país en sus necesidades energéticas es la inminente pérdida de importaciones de petróleo. Actualmente, Cuba recibe casi 100.000 barriles de petróleo altamente subsidiado por día de Venezuela, una importación que sustenta la mitad del consumo de energía de Cuba. El subsidio petrolero lo mantuvo el presidente Hugo Chávez y, tras su muerte, su sucesor Nicolar Maduro. En particular, Maduro enfrenta una feroz oposición de otros partidos venezolanos: si estos partidos ganan, es muy probable que corten el subsidio petrolero cubano.
“La realidad es que se acabó el petróleo barato y abundante, y hay que volcarse hacia estas tecnologías”, dijo Vicente Estrada Cajigal, especialista en iniciativas regionales de energías alternativas.
Como tal, Cuba se está volcando hacia fuentes renovables baratas, como la energía solar, para ayudar a cubrir sus necesidades energéticas. Por supuesto, planear y hacer unas pocas granjas solares todavía está muy lejos de la independencia energética que busca Cuba. Actualmente, la fuente de energía alternativa representa apenas el 4% de la producción eléctrica de Cuba. Junto al nuevo parque solar de Cantarrana, la isla también cuenta con algunos parques eólicos experimentales y pequeñas instalaciones hidroeléctricas. Sin embargo, estos no son los principales contribuyentes a la red de energía, y es probable que no contribuyan mucho en el futuro. La producción eólica es superada por la energía solar en un país tan soleado como Cuba, y los ríos poco profundos de la isla no son ideales para generadores de energía a gran escala.
Sin embargo, según un informe del gobierno de mayo, la isla espera obtener más del 10 % de su electricidad a partir de energías renovables para 2030. Es probable que gran parte de esto provenga de la energía solar. Una fuente secundaria de producción de energía renovable también puede provenir de la quema de biomasa como la caña de azúcar. Con un poco de suerte, la apertura de su segundo parque solar en los próximos meses bien puede ser el próximo paso de Cuba hacia la independencia energética.