Cuando nos sentamos todo el día en una silla, trabajando durante horas y sin movernos mucho, encontrar una posición que sea cómoda es un factor que ayuda a evitar posibles dolores y a mejorar el confort buscado durante este tiempo.
Si te sientes mal, no intentas arreglar tu cuerpo o no eliges un asiento cómodo, dolor en la zona lumbar y en otras zonas del cuerpo, además de una caída en el rendimiento y la concentración debido a la incomodidad que sientes, son consecuencias inevitables.
Llevando esta realidad a las bicicletas eléctricas, el escenario no es muy diferente. Imagínate pedaleando durante horas, por caminos irregulares, con subidas y bajadas constantes, además de tramos extensos.
Ahora, agregue toda esta dificultad con una postura mal elaborada, torpe y que deja el cuerpo o demasiado inclinado, o demasiado recto, y todavía dificulta la reafirmación del equilibrio. Ciertamente haría que los conflictos ya encontrados fueran mucho peores.
Técnicamente, la falta de ajuste en la altura del sillín de la bicicleta eléctrica, además de ser incorrecta para la posición del cuerpo, ayuda en la aparición de lesiones y problemas en la columna, que pueden intensificarse con el uso constante en esa misma posición.
La bicicleta eléctrica ya está desarrollada con la posibilidad de ajustar la altura del sillín, ya que cada persona tiene una altura, un peso, una forma de pedalear, entre otras cuestiones. Así, con todo regulado correctamente, el rendimiento se incrementa cada vez más.
El ajuste de la altura del sillín se aplica a todo tipo de terreno y caminos que se harán a pie, y créanme, ajustar aunque sea unos milímetros ya es fundamental para cambiar la experiencia y darle un nuevo rumbo al pedaleo.