Algunos datos sobre ecología y coronavirus

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Home » Blog » Algunos datos sobre ecología y coronavirus La ciudad de Madrid anocheciendo

En estos tiempos de crisis sanitaria por la enfermedad de la Covid-19, uno de los grandes beneficiados está siendo el planeta Tierra. Reducidos en un alto porcentaje los desplazamientos, paradas durante semanas las industrias y afectado también el elevado consumismo masivo de las sociedades, todo ello ha derivado en algo positivo.

Porque las bajadas de emisiones de gases contaminantes han sido considerables y así lo han reflejado los sistemas de medición. Sobre todo, en esas ciudades tanto españolas como de otras partes de Europa o el mundo que más niveles de contaminación registraban día tras día, cuando la vida trascurría en la antigua normalidad, sin frenos. Ahora, un medio ambiente más sano ha sido posible gracias al coronavirus, gracias al confinamiento poblacional. Si bien ha fallecido mucha gente, la Madre Naturaleza ha vuelto a vivir.

Algunas cifras de ese respiro natural

Hemos visto cómo prácticamente todo el mundo ha tenido que rebajarse a una parálisis social y económica sin precedentes por la amenaza del desconocido patógeno. Ello ha permitido a los medidores de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) registrar durante semanas de cuarentena unas cifras para el alivio de la naturaleza.

Esa que se ha liberado de unos altos niveles de dióxido de nitrógeno, así como de otros agentes contaminantes de la atmósfera y de las aguas planetarias. Desde hacía muchísimo tiempo, no veíamos unos números tan bajos reflejados en cielos azules e incluso mares y ríos más limpios.

Aquí en España, la media de ese descenso en contaminación se ha situado en torno al 65 %, según un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia. Un informe elaborado por Ecologistas en Acción informó, en el mismo sentido, de que la bajada había sido del 60 %. Esto, entre el 14 de marzo y el 30 de abril. Es decir, un gran balance mantenido durante más de un mes en las 129 estaciones de medición colocadas por ciudades de todo el país.

Más concretamente, en la capital española –Madrid– la calidad del aire alcanzó la categoría de «muy buena» cuando ya se llevaban días de confinamiento. Según los datos recogidos y analizados, se trata de la mayor caída de emisiones en una década en el municipio que tanto tráfico diario solía soportar.

Industria eléctrica contaminando

El caso es que lo mismo que se observó primero en China y luego en Italia, se trasladó aquí a la Península Ibérica tras el decreto de estado de alarma nacional. Realmente ha sido una tendencia que ha ido pasando por todo el planeta conforme sus ciudadanos se iban confinando por el golpe de la pandemia.

Fauna reconquistando calles y playas

Y, por otro lado, también la fauna salvaje se ha ido contemplando en distintas partes del globo en su intención de reconquistar un territorio que un día fue suyo. Animales como ciervos, patos, gaviotas e incluso pumas han campado a sus anchas por calles y playas de Japón, Oakland (EE.UU), Lima (Perú) o Santiago de Chile. Esos han sido los casos más mediáticos a nivel mundial, pero aquí en territorio español igualmente se han avistado jabalíes en Barcelona, zorros en Vigo y hasta un enorme oso en Asturias.

Todos estos ejemplos están vinculados a una biodiversidad que ha querido reivindicarse ante la ausencia humana. Paisajes urbanos más limpios de químicos en suspensión y canales como los de Venecia (Italia) brillando con aguas cristalinas nos han ofrecido una visión sostenible de la crisis. Un medio ambiente más sano es posible.

Canal en Venecia totalmente vacío

Efecto saludable pasajero tras el serio aviso

Desgraciadamente, este buen síntoma para un medio ambiente más sano desaparecerá, según indican diversos expertos, una vez todo vuelva a funcionar: movilidad, producción y consumo. Eso sí, las asociaciones ecologistas continúan presionando y pidiendo a los gobiernos que adopten medidas más respetuosas con el entorno.

Sobre todo, pensando en un regreso a la vida cotidiana habiendo aprendido de esta crisis vírica. Porque, además, muchas han sido las voces que han vinculado o situado la causa del coronavirus con un serio aviso de la naturaleza por no estar cuidando nuestra Tierra, sino destruyéndola.

Incluso un estudio científico del que se hicieron eco los medios de comunicación españoles a raíz de su publicación en la revista Nature determinó que la Covid-19 surgió por selección natural. Esta conclusión dejaba sin fundamento la hipótesis de que el patógeno se había escapado de un laboratorio chino. O que había sido lanzado por la gran potencia asiática por intereses nacionales y como ataque al resto del mundo.

En definitiva, haya sido cual haya sido su origen, lo que sí es evidente es que nos ha permitido ver un medio ambiente más sano. Aunque ello tan solo se quede en un efecto saludable pasajero, pero también nos haya planteado la importante cuestión de si la propia Madre Naturaleza se está cansando de vivir infectada. No por un coronavirus, sino por otra enfermedad que no ha dejado de acrecentarse desde la Revolución Industrial.

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