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Por qué nunca se es demasiado joven para volverse ecológico
¿Cuándo empezaste a sentir el tirón de la naturaleza? ¿Fue cuando vio por primera vez el espectáculo de relámpagos fuera de la ventana o el arcoíris después, que parecía tocar el borde del mundo?
¿Fue cuando exploraste las partes inferiores sombreadas de la parte más espesa del jardín, donde viven las arañas, o fuiste a buscar los bichos más extraños que pudiste encontrar? ¿Los recuerdos vienen a raudales con el olor embriagador de la lluvia (llamada petricor, por cierto)?
Los corazones jóvenes quedan cautivados por el lienzo de la naturaleza, especialmente durante los años de la infancia. Todo es nuevo, emocionante y maravilloso. Todo se ve con nuevos ojos y parece un truco de magia.
Los niños tienen una perspectiva especial sobre los espacios verdes y las criaturas peculiares que los adultos deberían admirar y alentar.
Aquí hay cinco consejos para inculcar una pasión por la vida ecológica en sus hijos:
1. El mono ve, el mono hace
Puede sonar obvio, pero los niños siempre serán mucho mejores imitadores que estudiantes. Los adultos lo hacen. Los niños lo ven. Aprenden a hacerlo de esa manera, también. El principio se aplica tanto a los modales en la mesa como al cuidado del medio ambiente y al fomento de hábitos verdes.
Cuando los niños viven en un hogar que aprecia e identifica las flores y los pájaros en el jardín, por su nombre, se convierten en observadores de aves y jardineros. Cuando el hogar recicla y composta, se convierte en una segunda naturaleza para todos sus ocupantes. Cuando los adultos se esfuerzan por reemplazar los plásticos de un solo uso y llevan bolsas de compras de tela a la tienda, los niños aprenden que así se hace la vida.
Los niños te ven. Todo lo que haces. Entonces, los niños también lo hacen.
2. Dales responsabilidad
Es sorprendente lo dispuestos que están los niños a asumir responsabilidades. Puede ser su inocencia, sin saber lo despreocupados que son en sus años de formación. También es parte del proceso de desarrollo natural, preparándose para una vida de “adultez” responsable.
Darles la responsabilidad adecuada a su nivel. Es posible que un niño de cinco años no administre con éxito el medicamento contra las garrapatas a un perro, pero serán asistentes entusiastas para sacar el excremento en medio de risas y muecas.
Un niño de tres años podría ahogar las plantas de su patio con amor si se lo deja. Pero les encantará dar de comer a las gallinas o doblar y derribar las cajas de cartón para reciclarlas.
La responsabilidad genera confianza y fomenta la participación. Desarrolla compromiso y demuestra la confianza que los padres depositan en ellos para hacer lo correcto. Habrá días en los que necesite dar un paso adelante y hacerlo por ellos, pero es probable que caminar junto a ellos con afirmación y elogios produzca mejores resultados a largo plazo.
Siéntase orgulloso de sus esfuerzos (incluso de sus fracasos) y déjeles espacio para crecer con sus responsabilidades.
3. Recorre las Instalaciones
A la gente le gusta el conocimiento, pero a veces esto significa aprender sobre la marcha. Una conferencia sobre el compostaje será una tortura cuando haya lugares para explorar al aire libre. Sin embargo, ver, experimentar y participar en el proceso de compostaje paso a paso, durante días, semanas y meses, fomentará el entusiasmo por los resultados y dejará una impresión duradera.
Deseche los recortes juntos. Muéstreles cómo mojar y voltear el montón regularmente. Señale el trabajo de los gusanos y cómo ‘gusano pipí’ ha hecho que las verduras crezcan más rápido esta semana. Esparza abono en los macizos de flores nuevos, o plante algunas hierbas en él.
Anímelos a olerlo, notando cómo la materia completamente descompuesta no tiene un olor desagradable como los pedazos en descomposición. La verdadera educación es divertida.
4. ¡Experimenta! ¡Divertirse!
Aprender es más divertido cuando el propio progreso es evidente. Mantenga un diario de ‘observaciones científicas’ en la casa y el jardín. Mida el crecimiento y el tiempo y la entrada, por ejemplo. Anímese a registrar el riego, escribiendo un diario de observaciones para niños (con sus perspectivas, dibujos, notas y descubrimientos).
Observa las cosas en silencio y luego habla de ellas. Celebre las pequeñas victorias (como la primera flor de durazno o un viaje exitoso a la planta de reciclaje).
Involucre cada uno de los cinco sentidos siempre que sea posible: déjelos sentir, probar, ver, oler y escuchar. Sobre todo, mantén las cosas ligeras y ríete de las cosas pequeñas.
Jugar es aprender en su apogeo. Entonces, juega adentro mientras ves quién aplana la mayor cantidad de cajas o quién puede clasificar las latas, el plástico y el vidrio en las pilas correctas más rápido. Jueguen afuera, mientras siembran nuevas verduras, y cuando se burlen, carguen unos a otros con palas llenas de estiércol de pollo lleno de nutrientes.
5. Fascinante y Fascinado
Por último, la fascinación es pegadiza. Un padre fascinado con los libros hará crecer a los lectores. Lo mismo se aplica a los amantes de la naturaleza. Sea animado en la forma en que habla sobre temas ecológicos, incluso las cosas pequeñas como el reciclaje, la fertilización y la conservación del agua.
Haga de la naturaleza un tema fascinante de conversación diaria y comparta su propio asombro ante sus complejidades. No es difícil, ya que comienzas a darte cuenta de todo lo que la naturaleza tiene para ofrecer.
El mundo es bello. Solo necesitamos tomarnos el tiempo para notar y compartir la magia con nuestros hijos.
¿La atracción por la naturaleza comenzó a decaer para ti en algún momento? ¿Encontraste otras distracciones? Los jóvenes de corazón son personas que tienen recaídas de admiración y asombro ante las hermosas complejidades del mundo natural. Nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo.
Que nunca pierdas tu sentido de la maravilla.